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sábado, 31 de agosto de 2013

Recetas para madrastras 3: Torta invertida de manzanas

Esta receta es la mas malvadas de todas porque se hace en microondas Muejejejeje!


INGREDIENTES

Caramelo
Azúcar 8 cdas
Jugo de limón unas gotas
Manzanas en fetas finas 2
Masa
Manteca 240 g
Azúcar 200 g
Ralladura de limón 1
Esencia de vainilla 1 cdita
Huevos 4
Manzanas rallada 1
Harina leudante 400 g
Leche 160 cc

PROCEDIMIENTO

Caramelo
Colocar el azúcar en un molde apto para microondas, agregar unas gotas de jugo de limón y humedecer con agua. Llevar al microondas y cocinar al máximo hasta que empiece a tomar color. Distribuir el caramelo por todo el molde. Cubrir toda la superficie con las fetas de manzana. Reservar.

Masa
Batir la manteca con el azúcar a blanco. Perfumar con la ralladura de limón y la esencia de vainilla. Incorporar los huevos de a uno, batiendo bien luego de cada adición, y luego la manzana rallada. Por último alternar la harina con la leche. Verter en el molde acaramelado con las manzanas. 

Cocinar en microondas durante 24 minutos al 60 % de potencia. Desmoldar después de 2 ó 3 minutos de reposo.




viernes, 30 de agosto de 2013

Poniendonos serios: Madrastras, ¿las malas del cuento?

Esta nota la leí hace mucho y me pareció interesante su contenido, tanto así que la comparto con Uds.

“Hace 22 años me enamoré de un hombre separado con dos niños. Desde entonces soy madrastra. Al principio, cuando los chavales eran pequeños, era la bruja mala del cuento, a pesar de mis esfuerzos por intentar que se sintieran a gusto en casa. Pero las relaciones entre mi pareja y su exmujer eran, y siguen siendo ahora, tensas y esa situación no propició el clima adecuado, más bien todo lo contrario. Sin embargo, creo que el tiempo nos ha puesto a todos en nuestro sitio. Soy una madrastra, sí, pero de las buenas. Tengo una excelente relación con los hijos de mi marido. Nos queremos y nos respetamos. Hace unos meses, uno de ellos se casó y ¡me convertí en suegrastra! Fue un momento muy emocionante. Su padre y yo preparamos la boda con todo el cariño del mundo; una boda que, por deseo de su madre, tuvo dos celebraciones y no se pudo festejar en común. Nuestra fiesta se alargó hasta la madrugada y lo pasamos en grande. Creo que ese momento fue el reflejo de lo que habíamos vivido, porque en casa el objetivo siempre había sido que los chavales fueran felices, que no respiraran ese ambiente enrarecido por el resentimiento, que compartieran el amor que sentíamos su padre y yo. Nunca pretendí ser su madre, ni siquiera su amiga. En realidad, nunca he sabido muy bien quién soy. Pero tenía clara una cosa: esos chicos venían en el lote y nunca escatimé esfuerzos para que fueran felices en casa. Jamás escucharon de mi boca una palabra agria hacia su madre. Me armé de paciencia y de cariño hacia ellos. He de confesar que no fue fácil y que, en muchos momentos, lloré de impotencia, de no saber qué hacer. Pero ahora, tantos años después, el amor que sembramos ha dado sus frutos. Sí, soy su madrastra. O como uno de ellos dijo cuando quiso ponerse un piercing: ‘Vale, no eres ni mi padre ni mi madre, pero si me das permiso mejor, porque eres mi Paula’”.

Quizá éste sea uno de esos testimonios que no se ajustan a la idea preconcebida que tenemos de las madrastras, a la imagen que nos han dejado desde los cuentos tradicionales hasta las películas que tanto han triunfado en los últimos dos años, o la definición que establece la Real Academia de la Lengua (“mujer del padre respecto de los hijos llevados por este al matrimonio” y, también, “cosa que incomoda o daña”). Pero Paula, autónoma de 47 años, tiene mucho en común con las miles de mujeres que, en España, ejercen de madrastras cada día, porque haberlas, haylas. Y cada vez más. El concepto de familia ha cambiado tanto que se habla de constelaciones familiares, familias patchwork, familias reconstruidas… Y en ellas las madrastras tienen un gran peso específico. Una importancia que choca de frente con un papel poco definido, poco claro socialmente y muy desprestigiado históricamente.

“Tienen un papel difícil porque tenemos un esquema mental negativo de ese papel. Su nombre ya tiene tintes negativos. Sería interesante que fuera desapareciendo esa nomenclatura, porque cada vez hay más familias de ese tipo.”, expone Aida Mañero Ocarranza, psicóloga infantil del centro Vaca-Orgaz de Madrid. Las madrastras como Paula no son madres, ni amigas, ni colegas. Muchas no saben cuál es su papel. Algunos expertos apuntan a que son un poco de todo. Otros, que nunca deben ejercer de madre. “No estoy de acuerdo en que no debe ejercer de madre. Lo que no debe es intentar sustituir a la madre, pero si es ella la que hace esa función –lo baña, le ayuda en los deberes, lo lleva al médico, pasa malas noches...–, entonces… ¿quién ejerce el papel de madre?”, se cuestiona Raimon Gaja, psicólogo, director del Instituto Superior de Estudios Psicológicos y autor del libro Volver a empezar (Debolsillo). Esa indefinición provoca en la mayoría de madrastras preocupación, altos niveles de estrés y, según los estudios realizados por la psicóloga inglesa Lisa Doodson, más angustia que la que padecen las madres biológicas. “Son síntomas habituales la ansiedad, el estrés y, en menor frecuencia, la depresión. Estos síntomas también se dan en las madres biológicas, aunque en las madrastras se acostumbra a añadir el factor de querer gustar a los hijos de su compañero. En según qué edad, las madrastras saben que su madre le preguntará al niño o niña por la compañera actual de su padre”, describe Gaja. La situación puede tornarse insostenible y provocar la ruptura de la pareja, porque algunos análisis ya han apreciado que los matrimonios entre personas que aportan hijos de una unión anterior a la nueva familia presentan tasas de divorcio más altas.

Manual de supervivencia A diferencia de las familias biológicas, que tienen su punto de partida en el amor, las familias reconstruidas inician su camino a partir de una pérdida (de un divorcio o de una muerte). Y ese principio marca las relaciones entre la madrastra y los hijos de su pareja. A la hora de construir la convivencia, la madrastra se enfrenta a su dolor y al de ellos. Todos están heridos emocionalmente y la madrastra empieza entonces un arduo camino en el que el paso del tiempo acabará definiendo su papel. “Para que haya una nueva familia tiene que haber habido una ruptura previa. Y todos tienen heridas. El objetivo es llegar a ser una familia feliz y para lograrlo se necesita paciencia y respeto”, indica Aida Mañero. Algunos estudios ponen de manifiesto que se necesitan entre dos y cuatro años para que todos los miembros de la familia se adapten a la nueva situación, porque es necesario superar el sentimiento de pérdida, asumir los cambios y establecer nuevos vínculos afectivos, pero Mañero puntualiza que “ese periodo de adaptación depende de varios factores, como la madurez de la madrastra, lo consolidada que esté la nueva pareja, o el modo en que se haya producido la ruptura anterior”.

Para que la convivencia funcione, la nueva familia se consolide y la madrastra no se convierta en una kamikaze emocional, los expertos aconsejan dedicar tiempo a los niños, estar con ellos, conocerlos, dejar que expresen sus sentimientos y no sentirse herida por sus comentarios. “Las recetas universales no existen. A pesar de ello, podemos decir, como norma general, que una debería hacer siempre lo mismo que haría si el hijo fuese suyo. La confianza, el cariño y los sentimientos, en general, se experimentan por la convivencia. Las incomodidades, al igual que si el hijo o hija es biológico, siempre se superan a base de entrega, mucha paciencia, saber torear situaciones más complejas y, sobre todo, mucho amor”, sugiere Raimon Gaja. De hecho, los chavales no se sienten incómodos con su madrastra, sino con la nueva realidad. No hay que verlos como rivales, ni tener celos de ellos porque son el vínculo entre la pareja y su ex. Los chicos no son una amenaza para la nueva relación, sino una parte importante de la nueva familia. Y son figuras a las que una madrastra no se puede ganar cogiendo atajos que pueden acabar siendo una trampa: “No hay que intentar agradar siempre y en cualquier situación. Las madrastras tienden a hacer de cada día algo especial y es un error. Lo que quieren construir es una familia, un hogar, y en una familia no todos los días son especiales”, manifiesta Aida Mañero, quien destaca la importancia de las normas y los ritos en la nueva familia: “Establecer rutinas en el nuevo hogar es fundamental y a la madrastra en solitario le resulta mucho más difícil, se puede encontrar con la conocida respuesta de ‘tú no eres mi madre’. En ese sentido es importante que las normas estén consensuadas con el padre, para que ella se sienta respaldada y más segura. También es importante que se construyan ritos nuevos en la nueva familia, no arrastrar los anteriores. Es un error seguir las pautas y los ritos de la madre, porque eso puede hacer que el chaval se viera invadido, que piense que la madrastra quiere ocupar el lugar de su madre. Los chavales no quieren reemplazos y caer en eso sería un error tremendo, porque ellos ya tienen y quieren a su madre”.

Muchos deberes, pocos derechos La figura de la madrastra es tan importante desde hace tiempo que tanto sociólogos como psicólogos o abogados, demandan que se regule su estatus jurídico, ahora casi inexistente, porque, frente a la paternidad y maternidad regulada jurídicamente, la madrastra es una persona sin apenas vínculo jurídico. Su condición queda limitada a la esfera de lo privado. En el Código Civil español, el artículo 160 podría exponer sus vagos derechos al reflejar que ‘no podrán impedirse sin justa causa las relaciones personales entre el hijo y otros parientes y allegados. En caso de oposición, el juez, a petición del menor o del pariente o allegado, resolverá atendidas las circunstancias’. La madrastra podría considerarse, así, una persona allegada. Aunque ante la ambigüedad, siempre hay excepciones. “En Catalunya, el Código Civil sí reconoce la figura de la madrastra (o el padrastro) en dos artículos, el 236-14 y el 236-15. En ellos se establece que tienen derecho a participar en la toma de decisiones sobre asuntos relativos a su vida diaria y que si el menor está en una situación de riesgo pueden adoptar medidas para su bienestar. También, que la autoridad judicial puede atribuir, si es beneficioso para el niño y si han convivido en los últimos dos años, un régimen de relación a la madrastra o al padrastro en caso de que fallezca el padre o la madre biológicos. Y lo más importante, la autoridad judicial, con el informe del ministerio fiscal, puede atribuir excepcionalmente la guarda y las demás responsabilidades parentales a la madrastra en caso de fallecer el padre biológico si el interés del hijo lo requiere y se cumplen los requisitos de que haya convivido con el menor y de que se escuche al otro progenitor y al menor”, describe la abogada Carmen Varela, especialista en Derecho de Familia y socia directora del gabinete Círculo Legal.

En el siglo XXI se abre la puerta a que los deberes de las madrastras se vean acompañados por derechos reconocidos. En Argentina, la comisión de expertos reunidos para estudiar una reforma del Código Civil sopesa el concepto de madre afin para definir a las madrastras y establecer sus derechos y deberes. Sin embargo, el proceso no es fácil. El primer paso necesario sería que todos asumiéramos que no es lo mismo el parentesco que la parentalidad, como establecen los especialistas. “El parentesco es un status de padres (padre y madre) reconocido y garantizado por el Código Civil. La parentalidad, en cambio, se refiere a funciones como concebir, criar, dar educación, transmitir un nombre, que son los que corresponden al status de padres, pero que los padres pueden dejar y/o compartir con otras personas, sin por ello perder el estatus de padres. Ser padres implica ejercer diferentes papeles y todos estos papeles en algunas sociedades pueden repartirse entre diferentes personas, personas reconocidas, sin por ello, deshacer o disminuir el estatus de padres”, exponía Ana Rivas, doctora en Sociología y profesora titular de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid, en las II Jornadas sobre Parentalidad Positiva celebradas en el 2010. En nuestra sociedad, sin embargo, que un tercero, una madrastra, con las connotaciones negativas que arrastra, se implique en la educación o en la crianza de los hijos de su pareja es concebido como una invasión, como un atentado a los inquebrantables lazos que unen a padres e hijos biológicos. Tal como describía Rivas: “Hasta ahora, en nuestra cultura ha sido muy difícil pensar en la posibilidad de compartir estos papeles sin dañar el status de padre/madre, porque se piensan como términos excluyentes y en singular, un solo padre, una sola madre. En los casos de familias reconstituidas se manifiesta este vacío legal y limbo jurídico en el que se encuentran estas nuevas figuras, para las que no existe ni nombre”. Sin nombre, sin derechos, con un buen número de deberes y responsabilidades y vilipendiadas hasta por los cuentos infantiles, quizá ya ha llegado la hora en la que las madrastras empiecen a dejar de ser las malas del cuento.




(Alguien se dio cuenta que Giselle, se convirtió en madrastra al final del cuento?)

Fuente: http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20130405/54370882449/madrastras-las-malas-del-cuento.html#ixzz2dCNupYfm

jueves, 29 de agosto de 2013

Recetas para madrastras 2: Panqueques de manzana

Panqueques de manzana (pancakes)

Ingredientes

Porciones : 4 

4 huevos
750 cc de leche
1 pizca de sal
80 gr de azúcar
400 gr de harina
2 a 3 manzanas ralladas
manteca para cocinar los panqueques
azúcar impalpable para espolvorear
Preparación

Preparación: 10mins  ›  Tiempo de cocción: 15mins  ›  Listo en:25mins 

Mezclar los huevos con la leche y azúcar hasta lograr una mezcla sin grumos. Por último, añadir las manzanas y mezclar bien.
Derretir la manteca en una sartén a fuego mediano/alto. Colocar 4 cucharadas de la mezcla para hacer los panqueques. Cocinar hasta que los bordes se cocinen y se vean burbujas en la parte superior. Darlos vuelta, y cocinar del otro lado hasta que se hayan dorado.
Mantenerlos bien tibios y espolvorearlos con azúcar impalpable antes de servir.



miércoles, 28 de agosto de 2013

La Madrastra según Wikipedia





Madrastra

La madrastra (del latín vulgar matrastra: segunda,tercera,cuarta,etc mujer del padre) es la nueva esposa de un padre que no es la madre biológica de los hijos de aquél. La nueva familia es llamada hoy en día familia reconstituida o familia patchwork.

Su equivalente masculino es padrastro, el cual es el nuevo esposo de una madre que no es el padre biológico de los hijos de aquélla.

En la antigüedad era usual, debido a las altas tasas de defunción de las mujeres a la hora de dar luz y a la necesidad de una nueva persona que se encargue de los niños, que los niños crezcan bajo la tutela de una madrastra. Hoy en día, a raíz de la proliferación de los divorcios, la importancia de la madrastra (y de una connotación positiva del término) ha aumentado también.


Las madrastras en los cuentos de hadas

El motivo de la madrastra malvada se usa a menudo en los cuentos de hadas, como por ejemplo en:
* Hermanito y hermanita (Hermanos Grimm)
* Hansel y Gretel (Hermanos Grimm)
* Cenicienta (Charles Perrault)
* Blancanieves (Hermanos Grimm)
* Los tres hombrecitos en el bosque (Hermanos Grimm)
* La novia blanca y la novia negra (Hermanos Grimm)
* Queridísimo Roland (Hermanos Grimm)

Las madrastras y las suegras tienen en muchos cuentos de hadas el papel de la mala, la destructora de la armonía familiar y eran el opuesto de la madre. Muy pocas veces aparece un padrastro malvado en los cuentos de hadas, como por ejemplo en El diablo con los tres pelos de oro.

La madrastra en la ciencia

Psicología analítica
La figura de la madrastra (malvada) es para la psicología analítica de Carl Gustav Jung una forma del arquetipo de la madre con rasgos destructivos. 1
Etnología europea
Muchos cuentos de hadas alemanes usan una forma de sucesión matrilineal, a través de la cual el hombre se casa con una princesa y por ende se convierte en príncipe.
Estructuralismo
La sociología familiar defiende la siguiente tesis: en todas las familias hay parejas con una gran proximidad emocional (p.Ej. Padre + hija más Madre + hijo), debido a las cuales el resto de parejas se alejan, también la pareja formada por padre + madre.2 Cuando la hija crece y se hace mujer, compite por el rol social de la madre como mujer adulta. El objeto de la competencia es el hogar, lo cual ayuda a distanciarlas aún más.

Referencias

Carl Gustav Jung, Die psychologischen Aspekte des Mutter-Archetyps (1938), in: C. G. Jung, Archetypen, München 1990, S. 75 ff., ISBN 3-423-35125-X
Claude Lévi-Strauss, Die elementaren Strukturen der Verwandtschaft, (dt. 1981, Ü. Eva Moldenhauer)

martes, 27 de agosto de 2013

Recetas para madrastras 1: Manzanas caramelizadas

 

La preferida de la madrastra de Blancanieves. Disfrútenla!

 

 

Ingredientes para Manzanas caramelizadas:

4 manzanas rojas , lavadas y secadas
110ml de agua
220gr de azúcar moreno
25gr  de manteca
1 cucharadita de vinagre
4 pinchos de madera

Cómo hacer Manzanas caramelizadas paso a paso:

  1. Pinchar las manzanas con el pincho de madera hasta la mitad del centro
  2. Calentar un cazo sobre fuego alto y añadir el agua y el azúcar. Calentar. Cuando esté disuelto el azúcar y está hirviendo, echar la vinagre y la mantequilla. Seguir removiendo a fuego alto durante 7 a 10 minutos. Para hacer la prueba si está hecho el caramelo, sacar un poco con la cuchara y echar en un vaso de agua fría. Si se endurece el caramelo nada mas entrar en el agua, esto quiere decir que está hecho.
  3. Se sujeta una manzana por el pincho, se entra en el caramelo y se mueve dentro hasta que está toda cubierta de caramelo. Se pone sobre un trozo de papel vegetal y se repite con todas las manzanas. Se dejan enfriar
  4. Una vez frio, se deja una hora más para que se haga crujiente el caramelo. Entonces están listas para tomar

Consejos y trucos para cocinar Manzanas caramelizadas:

Hay que asegurarse de que las manzanas están muy secas antes de empezar a untarlas. De lo contrario, el caramelo no se pega a la piel, se desliza.

 

 

Fuente:http://www.mis-recetas.org

Hola!

 

Saludo informal para empezar un blog no? Pero bueno, es lo que salió, en definitiva este nació de la necesidad de hacer catarsis… y porque catarsis? Básicamente porque ya estoy hasta la coronilla del mito urbano de:

Madrastra = mala persona

Que las hay, las hay! No lo niego y lamentablemente las madrastra buenas, somos las menos, pero existimos!!!!!!

En este blog mi intención es plasmar lo que se me ocurra, esta en Uds. leerlo o no, después de todo, cada uno tiene el poder de elegir.

A los que pasan y se quedan, gracias por estar!

 

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